sábado, 21 de septiembre de 2013

Me gusta la oscuridad

Me gusta la oscuridad. La luz intensa quema los ojos, y perfora el cráneo, mientras que la penumbra es suave y calmante. La luz es el día, la actividad, la prisa, el ruido; la oscuridad es la noche, el sueño, la duermevela, el silencio y lo magia. Para mí, sentarse en una habitación vacía con la luz apagada es una de las sensaciones de mayor tranquilidad y seguridad que uno puede experimentar. Y aun así, a veces, cuando pulso el interruptor, en la millonésima de segundo que la luminosidad tarda en llenar hasta el último rincón de mi visión, las fugaces sombras se convierten en todo aquello que yo temo. Un terror absoluto, paralizante, que aunque dure solo un instante deja una huella indeleble en mi mente. Si, me gusta la oscuridad, pero es también la mayor de mis fobias.

martes, 13 de agosto de 2013

Giro



Sombra anciana, sutil puñalada.

En blanco y negro revuelo, un corazón estalla en urracas.

Aire vivo, lógica amordazada.

La opresión de la memoria a la razón acorrala.



Correr, saltar, dormir, soñar.

El viento trae recuerdos de arcilla y cuero.

Nacer, vivir, caer, amar.

El brillante metal grita mientras sangra fuego.



Dios muerto, oro olvidado.

Las sombras se mueven en la ciudad maldita.

Hombre eterno, sol profanado.

Los océanos lloran por la tierra marchita.



De repente, despertaremos

La luna yace en el templo dorado

Sin darnos cuenta, olvidaremos

La piedra crece bajo el roble anciano



Llave perdida.

Vela escondida.
Eco azul.
Voz sin luz.

domingo, 4 de agosto de 2013

A un ángel



Eres tú, luz flamígera de empírea belleza,
Estrella perenne, ángel de la aurora.
En la negra pesadilla brillante esperanza,
En la oscura noche luminaria cegadora.

Eres tú, enigmática esfinge,
Fuego fatuo, diosa pagana,
Lucero etéreo bailando extático
La sutil, ondulante danza de la llama.

Eres tú, la que me atrae, la que me ata
Con tus gestos, con tu cuerpo, con tu voz;
Con tu belleza de luna en medianoche,
Con tu risa radiante como el sol.

Eres tú, mi guía
Eres tú, mi ángel
Eres tú, mi diosa
Eres tú, mi luz


Eres tú, sólo tú, siempre tú.



domingo, 30 de junio de 2013

Narcotic




Narcotic
I need a narcotic.
I need to forget, to get rid of myself
To become a shadow:
Never walking, always being dragged
Without freedom, without worries
Forever comfortable
Forever numb.

I wish to be able
To gently let them go:
The pain of a memory
The guilt of mediocrity
A lifetime wasted being myself.

Thus, I need a narcotic
Something that will distract me
From the obvious failure
The ever present failure
The overwhelming failure
Something that will distract me
From me.


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Narcótico
Necesito un narcótico
Necesito olvidar, librarme de mi mismo
Convertirme en una sombra:
Nunca caminar, siempre ser arrastrado
Sin libertad, sin preocupaciones
Por siempre cómodo
Por siempre entumecido.

Quisiera ser capaz
De dejarlos ir, suavemente:
El dolor de una memoria
La culpa de la mediocridad
Una vida desperdiciado siendo yo mismo.

Por tanto, necesito un narcótico
Algo que me distraiga
Del obvio fracaso
Del omnipresente fracaso
Del arrollador fracaso
Algo que me distraiga

De mí. 



jueves, 27 de junio de 2013

Te odio (Reprise)


A veces hay que hacer correcciones a lo que ya habíamos escrito:




Te odio.

Odio tu manera de desarmarme.
Con una sonrisa, con simple afecto
Con palabras amables, con silencio
Me dejas temblando, sin respirar.
Loco de amor.
Loco de soledad.

Odio nuestros besos.
Besos robados
Condenados a vivir
Ya muertos, por siempre, en la memoria.

Odio haberme convertido
En una patética sombra:
Viviendo en tus recuerdos
Apenas pudiendo rozarte
Con la punta de los dedos.

Te odio.
Te odio.
Te odio porque aún te quiero.





viernes, 31 de mayo de 2013

Sobre nosotros.

Aun habremos de perdernos,
Querida, entre delirios.
Entre sueños vacuos y nimios.
Entre momentos eternos.

Nos dejaremos, descuidados, llevar
Por una pasión, una fantasía.
Por un ritmo, una melodía
Que nos arrastre a un frío final

Y seremos hebras, querida,
A manos de Átropos, Láquesis y Cloto:
Seremos fantasmas atrapados en vida,

Bruma abierta en suave flor de loto,
Dolor lejano de lejana herida.
Seremos, querida, juguetes rotos.

jueves, 2 de mayo de 2013

Contrast


I won’t cry when you die,
When you drift into the darkness:
No tears, no wails
Just stone-cold silence.

I won’t scream if you hurt me,
Be it with steel or words:
No blood, no shivers
Just the whimper of a heart unheard.

But seeing you in his arms,
Thinking of you with him:
Searing pain, mindless wrath
A tearing nightmare, a burning dream.

domingo, 27 de enero de 2013

Abrir los ojos.


Abrí los ojos.
Me dio la mano, y bajamos juntos por las límpidas escaleras, rodeados solo de oscuridad y el sonido del agua cayendo. Descendimos hasta el estanque y la grieta, y salimos de detrás de una nube hacia el verde campo. El viento nos rozaba suavemente, y a medio camino empezaron a nevar plumas. Llegamos al suelo, las plumas eran ceniza, la hierba era cristal muerto. El agua había dejado de oírse. Cuando me volví a mirarla, su rostro se había marchitado. Su mano se deshizo en polvo y sal, y avancé en soledad. El suelo de esmeralda era ahora obsidiana, y mis pies sangraron, sangre blanca y sangre negra. De repente, me encontré frente a un árbol, que antes no estaba ahí, o siempre había estado ahí. Entre sus ramas, dos pájaros. No cantaban. Se elevaron, danzando en el aire, uno negro, el otro azul. Volaron, girando juntos, acariciándose, y el azul picoteó al negro. Este cayó, y la hierba desgarró su cuerpo. El que quedaba no tardo en alejarse.

Abro los ojos.
Catedral de luz y de plata, vidrieras de espejos tintados y abombados. En el suelo, un intrincado arabesco, de mil colores, de un color, alabastro y alabastro. Fuentes de agua rojiza. En el centro, un hombre cayendo, muy lentamente. Su mirada está perdida, sus ojos son mates, o no tiene. Olor a incienso, y a podredumbre: se que lo podrido me rodea, pero el perfume denso del incienso parece venir de arriba. El arabesco cambia, se retuerce hasta que sus vetas forman un mandala, que se abre, se dobla, sus pétalos se elevan como una flor de loto. En su infinita caída, el hombre va quedando empalado, y la piedra que atraviesa su carne queda limpia, su cuerpo vacío de toda sangre, de todo signo de vida pasada.

Abriré los ojos.
El sol, la luz, me abrazará; la noche me esperará. Diez mil almas me comprenderán. Diez mil columnas sostendrán el templo donde se celebrará el holocausto del que seré voluntaria ofrenda. Diez mil lenguas de fuego lamerán mi carne, y la ceniza ascenderá y se llevará mi cuerpo, y las llamas ascenderán y se llevarán mi mente, y lo seré todo. Diez mil voces gemirán y diez mil más gritarán en extático placer, y todas ellas estarán en mí. Pues se habrá completado el ciclo. Y abandonaré todo dolor, toda ira, todo celo. Abandonaré toda ambición, deseo y placer. Seré solo la huella tenue de mi paso, apenas perceptible, apenas insinuada. Diez mil años pasarán, y entonces no habrá quien recuerde. Seré el todo. Seré la nada.